El ejército estadounidense ha desplegado alrededor de 200 soldados de la 4ª División de Infantería del Ejército en el oeste de Texas, con planes de aumentar este número a aproximadamente 500. Esta medida forma parte de los esfuerzos más amplios del presidente Trump para reforzar la seguridad fronteriza. Las tropas, equipadas con vehículos blindados, apoyarán al Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos con labores de vigilancia y recopilación de información, pero no participarán directamente en la detención de personas.
La región del Big Bend, conocida por su terreno accidentado y su gran extensión, ha registrado relativamente pocos cruces fronterizos en comparación con otras zonas de Texas. Los críticos argumentan que el despliegue es innecesario y un desperdicio de dinero de los contribuyentes, mientras que algunos residentes están preocupados por el aumento de la presencia militar. El despliegue sigue a una ola anterior de personal militar enviado a la frontera desde la toma de posesión de Trump.
La implicación del ejército estadounidense en la aplicación de la ley nacional ha suscitado preocupación, sobre todo teniendo en cuenta las restricciones que pesan sobre este tipo de acciones a menos que las autorice el Congreso o la Constitución. El Secretario de Defensa, Pete Hegseth, ha sugerido que podrían considerarse otras acciones, incluida la invocación de la Ley de Insurrección, para controlar la frontera.
Referencias:
Bahari, Sarah. “Military troops, armored vehicles deployed to Texas’ Big Bend National Park as part of Trump’s plan to crack down on immigration” Dallas Morning News. March 27, 2025.